¿Vocación religiosa yo?
domingo, 25 de agosto de 2013
¿Sentido de la vida?: VOCACIÓN UN MISTERIO
¿Sentido de la vida?: VOCACIÓN UN MISTERIO: CONÓCENES: www.celadoras.org Lee a continuación un extracto de esta catequesis del Papa, el pasado 21de abri...
VOCACIÓN UN MISTERIO
CONÓCENES: www.celadoras.org
Lee a continuación un extracto de esta catequesis del Papa, el pasado 21de abril, durante el Regina Caeli…
“Quisiera
preguntarles: ¿han escuchado a veces la voz del Señor que a través de un
deseo, una inquietud, les invitaba a seguirlo más de cerca? ¿Han
tenido ganas de ser apóstoles de Jesús? Es necesario jugarse la
juventud por grandes ideales. ¡Pregunta a Jesús qué cosa quiere de ti y
sé valiente!
Detrás
y antes de cada vocación al sacerdocio o a la vida consagrada, está
siempre la oración fuerte e intensa de alguien: de una abuela, de un
abuelo, de una madre, de un padre, de una comunidad… Es por esto que
Jesús ha dicho: « ¡Rueguen al dueño de los sembrados –o sea a Dios
Padre- que envíe trabajadores para la cosecha!» (Mt 9,38).
Las vocaciones nacen en la oración y de la oración; y sólo en la oración pueden perseverar y fructificar. Me gusta subrayarlo hoy, que es la “Jornada mundial de oración por las vocaciones”.
Oremos en particular por los nuevos Sacerdotes de la Diócesis de Roma
que he tenido la alegría de ordenar esta mañana. E invoquemos la
intercesión de María, que es la Mujer del “sí”. Ella ha aprendido a
reconocer la voz de Jesús desde cuando lo llevaba en el vientre. ¡Que
María nos ayude a conocer cada vez mejor la voz de Jesús y a seguirla,
para caminar en el camino de la vida!”
Fuente: www.vatican.va
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miércoles, 12 de junio de 2013
¿La vida una vocación?
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HOY, ¿EL HOMBRE SIN VOCACIÓN?
I. El panteón
Hoy
Las cuestiones fundamentales de la vida corren el peligro de ser sofocadas o
eludidas.
El
sentido de la vida más que buscado viene impuesto: o por lo que se vive en lo
inmediato, o por lo que satisface las necesidades; la conciencia llega a ser
cada vez más extraña, y las cuestiones más importantes quedan sepultadas.
Un
aspecto caracteriza la actualidad socio-cultural europea: la abundancia de
posibilidades, de ocasiones, de solicitudes, frente a la carencia de
enfoques, de propuestas, de proyectos. Como
Resulta
difícil, en tal contexto, tener una visión unitaria del mundo y, por tanto,
llega a ser débil, también, la capacidad proyectiva de la vida. Cuando una
cultura, en efecto, no define ya las supremas posibilidades de significado, o
no logra la convergencia en torno a algunos valores como particularmente
capaces para dar sentido a la vida, sino que pone todo al mismo plano, pierde
toda posibilidad de opción proyectiva, de apertura a algo más grande, y todo
llega a ser indiferente y sin importancia.
Por
un lado, buscamos apasionadamente autenticidad, afecto, relaciones
personales, amplitud de horizontes; y por otro, nos sentimos fundamentalmente
solos, «heridos» por el bienestar, engañados por las ideologías, confusos por
el relativismo dominante.
II.
El grito
El
criterio con el que la mentalidad de hoy acostumbra a mirar el futuro se
centra en el provecho o el gusto o la comodidad para el individuo.
El
camino a elegir, la persona que amar, la profesión a desarrollar, la facultad
donde matricularse –todo está dispuesto de modo que se erija como criterio
absoluto la utilidad particular del individuo, dentro de horizontes que
reducen el deseo de libertad y las posibilidades de la persona a proyectos
limitados, con la ilusión de que somos libres.
Son
opciones sin ninguna apertura a lo que el hombre realmente desea, al misterio
y a la trascendencia. Quizá también con escasa responsabilidad respecto a la
vida, propia y ajena. Es, en otras palabras, una sensibilidad y mentalidad que
diseñan una antivocacional. Es tanto como decir que, en nuestro mundo,
culturalmente complejo y sin puntos precisos de referencia, el modelo
antropológico prevalente fuese el del «hombre sin vocación ».
III.
Nómadas
He
aquí una posible descripción: « Una cultura pluralista y compleja nos hace
jóvenes con una identidad frágil y fragmentada, con la consiguiente
indecisión crónica frente a la opción vocacional. Somos nómadas: circulamos
sin pararnos en el ámbito geográfico, afectivo, cultural, religioso. "Vamos
tanteando". Por esto tenemos miedo de nuestro porvenir,
experimentamos
desasosiego ante compromisos definitivos y nos preguntamos acerca de nuestra
existencia.
Si
por una parte buscamos, a toda costa, autonomía e independencia, por otra,
tendemos, como refugio, a ser dependientes del ambiente socio-cultural y a
conseguir la gratificación inmediata de los sentidos: aquello que "me
mola", que me “pide el cuerpo”, que "me hace sentirme
bien", en un mundo afectivo hecho a nuestra medida.
Produce
una inmensa pena encontrar jóvenes, incluso inteligentes y dotados, en los
que parece haberse extinguido el deseo de vivir, de creer en algo, de tender
hacia objetivos grandes, de esperar en un mundo que puede llegar a ser mejor
también gracias a su esfuerzo. Son jóvenes que parecen sentirse superfluos
en el drama de la vida, dimisionarios de la tarea que en la vida tendrían
que hacer, extraviados a lo largo de senderos truncados y aplanados en los
niveles mínimos de su tensión vital.
Son
jóvenes sin vocación,
pero también sin futuro, o con un futuro que, todo lo más, será una fotocopia del presente.
IV.
La esperanza del hombre de hoy:
la
vida como vocación.
La
vocación fundamental del hombre se contiene en la vocación a la vida y a una
vida concebida desde su origen a semejanza de la divina.
El
acto creador del padre es lo que provoca el conocimiento de que la vida es
una entrega a la libertad del hombre, llamado a dar respuesta personalísima y
original, responsable y llena de gratitud.
Dios
me ha llamado de la nada. Entre los miles de millones de seres
posibles, Él me ha elegido y me ha llamado a mí. Mi vida está constituida
por esa llamada. Mi vida continúa porque Él continúa llamándome
impidiendo que vuelva a caer en el silencio de la nada del que fui sacado. Mi
existencia es fruto del amor creador de Dios, de su palabra creadora. Vengo a
la vida porque soy amado, pensado y querido por una Voluntad que nos ha preferido
a la no-existencia, que nos ha amado antes de que fuésemos.
V.
Una voz me llama
Mi
vida es una Voz que me llama,
En
la existencia de algunos hombres la llamada de Dios se ha dejado realmente
sentir con la inmediatez concreta de una voz humana, suscitando la sorpresa o
el sobresalto que experimentamos cuando nos sentirnos llamar de improviso por
nuestro nombre.
Esto
es, pues, lo que anima la concepción cristiana de la vida: que la vida es
vocación, que la vida es llamada. Y el sentido de las cosas y de las
circunstancias consiste en que son como palabras en las que se articula el
sonido de esa voz inefable.
VI.
Fiarse
La
vocación es lo que explica, en la raíz, el misterio de la vida del hombre, misterio de predilección y
gratuidad absoluta.
De
hecho, existe una criatura en al que le diálogo entre la libertad de Dios y
la libertad del hombre se realiza de modo perfecto, de manera que las dos
libertades puedan actuar realizando plenamente el proyecto vocacional. Una
criatura que nos ha sido dada para que en ella podamos contemplar un perfecto
designio vocacional, el que debería cumplirse en cada uno de nosotros. María
es la imagen de la elección divina de toda criatura, elección que va más allá
de lo que la criatura puede desear para sí: que le pide lo imposible y le
exige sólo una cosa:
fiarse.
Ella
es modelo de la libertad humana en la respuesta a esta elección. Libre para pronunciar
su sí, libre para encaminarse por la larga peregrinación de la fe.
La
vida entendida como vocación es, por ello, la única concepción que hay de la
vida como algo vivo. Fuera del amor no hay vida humana. Cualquier otra
concepción de la vida reduce ésta a algo mecánico, rutinario. Desde
esta llamada, la vida se convierte, por el contrario, en una gran aventura.
La
conciencia de que la vida es un don no debería suscitar solamente una actitud
de agradecimiento, sino que debería sugerir la primera gran respuesta a la
cuestión fundamental sobre el sentido: la vida es la obra maestra del amor
creador de Dios y es en sí misma una llamada a amar.
“El
amor es por tanto la vocación fundamental e innata de todo ser humano “ (JP
II)
VII.
Un lugar: Cristo
Gracias
a este amor que lo ha creado nadie puede considerarse superfluo, porque es
llamado a responder según un designio de Dios pensado exclusivamente para él.
Y
por tanto, el hombre será feliz y plenamente realizado estando en su lugar,
aceptando la propuesta del amor de Dios.
Este
«lugar» es uno solo: Cristo, al que debe pertenecer el hombre si no quiere
faltar irremediablemente a su vocación de hombre. Participar de la vida de
Cristo constituye el contenido esencial de toda vocación humana. La vocación
de todo hombre y mujer se realiza en referencia a Jesucristo.
Estamos
llamados a vivir y ser en Cristo.
El
hombre es vocación a Cristo, por lo mismo, vocación a
Si,
pues, todo ser humano tiene su propia vocación desde el momento de su
nacimiento, existen en
“
“Cuando
pienso en el mundo,
que se apaga y muere por la falta de Cristo; cuando pienso en el caos profundo en que se desbarranca la inquieta y ciega humanidad por la falta de Cristo; cuando me encuentro con la fuerza de la juventud marchita y destrozada en la primavera misma de la vida por falta de Cristo, no puedo ahogar las quejas de mi corazón. Quisiera multiplicarme, dividirme, para escribir, predicar, enseñar a Cristo. Y del espíritu mismo de mi espíritu brota contundente y único grito; ¡Mi vida por Cristo!”
Juan
Pablo II
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lunes, 3 de junio de 2013
PARÁBOLAS VOCACIONALES
LA AMISTAD
LOS CAMINANTES Y EL OSO
Dos amigos
iban por el mismo camino. De repente, apareció un oso. Uno de ellos se subió
precipitadamente a un árbol y allí se escondió. El otro, a punto de ser
atrapado, se dejó caer en el suelo y se hizo el muerto.
El oso le
arrimé el hocico y le olfateaba, mientras él contenía la respiración, porque
dicen que el oso no toca un cadáver. Cuando se marchó, el del árbol le
preguntó qué le había dicho el oso al oído, éste respondió:
«No viajar
en adelante en compañía de amigos semejantes, que no permanecen al lado de uno
en los peligros.»
La fábula muestra que las desgracias prueban
a los amigos de verdad.
6
PARÁBOLAS DE VOCACIÓN
Agradecimiento
EL
LEÓN Y EL RATÓN
Un
día en que un león estaba dormido, un ratón pasó corriendo por su cara. El
león se despertó con un rugido y atrapó al ratón entre sus patas. El ratón,
asustado, temió estar a punto de morir y suplicó por su vida.
—¡Por favor, grande y poderoso león, por favor, deja
que me vaya! Devuélveme mi libertad y un día yo te recompensaré por tu
generosidad.
Al león le sorprendió tanto
que el diminuto, tembloroso y atemorizado ratón pensara que podría ayudar a
alguien tan grande, fuerte y osado como él que soltó una gran carcajada y dejó
que el ratón se fuera.
Algún tiempo después, cuando el ratón corría de un
lado a otro entre la maleza, oyó rugir al león. Le pareció como si el león
tuviera algún tipo de problema y fue a ver si podía ayudarle. El león estaba
atrapado en la red de un cazador y no podía escapar.
—No hay nada que tú puedas hacer para ayudarme —dijo
el león tristemente, al ver al ratón—. Cuando los cazadores vuelvan con sus
lanzas, me matarán.
1
—Aún no ha llegado tu último día —dijo el ratón. Y comenzó
a mordisquear la red con sus afilados dientecitos. Pronto hizo un agujero lo
suficientemente grande como para que el león pudiera salir.
—Tenías razón —dijo el león cuando los dos corrían
para ponerse a salvo—. Hay veces en que los débiles pueden ayudar a los
fuertes.
lunes, 27 de mayo de 2013
¡Felicidad puesta en acción!
Basta dar una mirada a nuestro alrededor y ver que el mundo no es feliz... Euforia, diversión, fiesta y demás no es felicidad plena, llega el momento en que quieres más y no hay cómo saciar ese anhelo que no se sacia. La fecidad plena tampoco la hay aquí en esta tierra, pero sí rayos de ella, reflejos y manifestaciones de lo que será. Esto sólo cuando te sientes realizado en lo que has sido llamado.
" Los que muchos llaman felicidad, no lo es y lo que el mundo dice que tristeza, encierro,... eso es felicidad"
"Mi mayor felicidad es hacer tu voluntad Señor"
¡NO TODOS HEMOS SIDO LLAMADO AL MATRIMONIO!
¿Felicidad?
La felicidad no es pasajera, es algo que está allí a pesar de las dificultades, problemas o pruebas de la vida... La felidad no la encontrarás si no es desde Dios. La vocación que Dios tiene preparada para ti esa es tu felicidad ese hacer, creer, vivir... ya sea en la vida Matrimonial que es una bendición de Dios, en el Sacerdocio que es otro sacramento, signo de Dios o en la vida Consagrada... Lo que sea, siempre serás feliz en lo que Dios quiere PUES DE ÉL VENIMOS Y A ÉL VAMOS, Él no desea más que SEAS FELIZ Y cuando no lo somos es porque aún no estás con Él. ¡Escúchale y síguele!
"Nos hiciste Señor para Ti y nuestro corazón
está inquieto hasta que no descanse en Ti" (San Agustín)
¡NO LO OLVIDES. A LO QUE DIOS TE LLAME, PERO PREGÚNTASELO A ÉL,...
HAZ ORACIÓN!
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